Otras miradas diarias

Al contemplar las fotografías, aparecen las historias. J.L.G.Nieto



2 de agosto de 2008

ABLUCIONES






El wudú es necesario primero eliminar "lo que no forma parte de ti", "lo que se adhiere a ti pero no pertenece a tu naturaleza": debes despojarte de lo que no eres y así, encontrándote a ti mismo, emprender tu viaje hacia Allah, principio rector soberano en ti, tu Señor.
A continuación explicamos el modo correcto de hacer el wudú propiamente dicho:
1. Antes de empezar se declara la intención (nía) diferenciando así el wudú de un acto rutinario. La nía se expresa diciendo: "Bismil-lahir-rahmanir-rahim"; con esto es suficiente pero se puede añadir: "al-hámdu lilláhi il-ladi yá'ala l-máa tahúra" (al-hámdu lillah que ha hecho que el agua purifique). Con la nía, la intención, iniciamos todo el proceso de limpieza que debemos tener en mente en su significado más amplio y no sólo físico, como ya hemos explicado.
2. Lavarse a continuación tres veces las manos (gháslul yadáin). Antes, durante o después de este acto, decir: "Alláhumma ínni as-áluka l-yúmna wal-báraka" (Allahumma, concédeme bienestar y prosperidad). Las manos son los instrumentos de nuestra acción: por ellas ganamos o perdemos tanto en el mundo como junto a Allah. Con el wudú las desnudamos de sus perversidades y deseamos convertirlas en herramientas útiles verdaderamente para nosotros y conseguir a través de ellas lo que permiten: abundancia y bendición. De igual manera las fundimos en la acción de Allah reconociéndolo como verdadero Agente en la Existencia.
3. Lavarse la boca tres veces (mádmada): introducir en ella un abundante sorbo de agua con la mano derecha y utilizando el índice y el pulgar de la misma mano, frotarse los dientes. Decir cuando se haya acabado de lavar la boca: "Alláhumma sqíni min háudi nabíika sállal láhu 'aláihi wa sállam" (Allahumma, dame de beber del Estanque de tu Profeta -s.a.s.-). Rasul tiene dos estanques, uno junto a Allah del que beberán los musulmanes el Yáwm al-Qiyama, el Día de la Justicia, satisfaciendo para siempre su sed. El otro estanque es el Corán. Con la mádmada, el musulmán elimina de su boca las palabras censurables e integra su discurso en el decir eterno de Allah.
4. Limpiarse la nariz inspirando un poco de agua recogida con la mano derecha (instinsháq) y expulsarla usando la izquierda (istinzár). Al finalizar, decir: "Alláhumma, la túhrimni ráihata yannátik" (Allahumma no me prives del aroma de tu Jardín).
El Jardín de Allah (Yanna) es la vida junto a El en los placeres de su generosidad. Aquí, el musulmán hace diluirse su vida en la inmensidad de la Existencia de su Señor.-Esta operación debe repetirse también tres veces.
5. Lavarse tres veces la cara entera (gháslul-wayh). Decir antes: "Alláhumma báyyid wáyhi yáuma tabiáddu wuyúhun wa tasuáddu wuyúh" (Allahumma haz que mi rostro resplandezca el día en que unos rostros resplandecerán y otros oscurecerán). Tu rostro es todo tu ser: por él se te reconoce y se te sabe. Al lavarlo durante el wudú lo iluminas con el brillo de Allah.
6. Lavarse los antebrazos desde el codo hasta los dedos de la mano, tres veces, primero el derecho y después el izquierdo (gháslul-yadáin ilal-mirfaqáin). Decir al lavar el antebrazo derecho: "Alláhumma a'tini kitábi biyamíni" (Allahumma, entrégame mi Libro por mi derecha), y decir al empezar a lavarse tres veces el antebrazo izquierdo: "Alláhumma la tu'tini kitábi bishimáli" (Allahumma no me entregues mi Libro por mi izquierda). Los antebrazos son el signo de la fuerza y el poder: con ellos el hombre construye o destruye (construye con la derecha, destruye con la izquierda) y el Libro es el sumario de su obra, por la que ha de rendir cuentas ante Allah. Con el wudú, integras tu fuerza en el Poder creador de Allah.
7. Mojarse las manos y pasarlas por el cabello, primero desde la frente hasta la nuca y, seguidamente, desde la nuca hasta la frente (una sóla vez). Decir con el primer movimiento: "Ash-hadu an la ilaha illalláh", y con el segundo, de vuelta: "Ash-hadu anna Muhámmadan rasúlulláh". Con la Shahada, relativiza todo tu saber y sumérgete en la Ciencia de Allah Uno que conoce todas las cosas, y recuerda el que es uno de los principios fundamentales del Tawhid: sólo Allah sabe. Y ponte junto a El, bajo su protección.
8. Con las manos húmedas, limpiarse las orejas (una sóla vez). Con el índice de cada mano se limpia la parte interna de la oreja que le corresponde mientras que con el pulgar se hace lo mismo con la parte trasera. Decir: "Alláhumma iÿ'alni minal-ladína yastami'úna l-qáula wa yattabi'una áhsanah" (Allahumma, hazme de los que escuchan las palabras y siguen las que son mejores). Es como si desearas escuchar el sonido de Allah.
9. Lavarse el pié derecho hasta el tobillo con la mano izquierda, las veces que sean necesarias, y luego igualmente el izquierdo, eliminando bien la suciedad que quede entre los dedos. Decir al empezar con cada pié: "Alláhumma zábbit qadamáia 'álas-sirát" (Allahumma, afianza mis piés sobre el Sendero). Tus piés son tu voluntad, con ellos vas a donde quieres ir, ellos te conducen. Conforma tu voluntad a la de Allah recuperando tu naturaleza primordial, encamínate hacia el Verdadero con toda tu fuerza, movido por El, guiado por el en cada instante.
10. Para finalizar el wudú, decir (alzando el dedo índice de la mano derecha): "Ash-hadu an la iláha illallah wa ash-hadu ánna Muhámmadan 'abduhu wa rasúluh. Alláhumma iy'alni minat-tawwabína way'alni min al-mutatahhirín" (Sólo Allah es Verdadero y Muhammad es su esclavo y su mensajero. Allahumma, hazme de los que se vuelven hacia ti, de los que se purifican).
-Una vez acabado el wudú es muy aconsejable realizar dos rak'as si da tiempo antes del Salat del momento. Al acabar esa náfila, decir: "Alláhumma íghfir li dánbi wa wássi' li fi dári wa bárik li fi riçqi" (Allahumma, disculpa mi torpeza, haz amplia mi morada y bendice mi sustento). Decirlo con las manos alzadas y las palmas hacia arriba. Al finalizar el du'á (la invocación), pasar las manos por la cara, diciendo: "Amín".
Es necesario recordar aquí que un wudú, si no ha sido anulado, puede servir para varios Salawat pero es meritorio volverlo a repetir. Muhammad (s.a.s.) dijo: "Una ablución sobre otra ablución aún válida es luz sobre luz".
Conviene tener en cuenta también que un wudú bien hecho no requiere de mucho tiempo, pues no se trata de hacerlo interminable sino de hacerlo bien. Tampoco se debe malgastar el agua (se usará la estrictamente necesaria, no derrochándola aunque se recoja de un río). Si te saludan o hablan mientras haces el wudú, responde: todos los du'a, salvo la básmala primera y la shahada final, no son obligatorios sino estimulantes para una mayor concentración (han sido recogidos, en sus líneas generales, de la obra "al-Adkár" del Imam an-Náwawi). No censures a nadie por hacer mecánicamente el wudú: se exigente contigo mismo (eso es lo saludable y lo sabio en todo). En los libros de Fiqh hay otros muchos datos que debes conocer (lo que anula el wudú o sustituye, etc.), estúdialos con atención pues te serán beneficiosos.
El wudú es una 'Ibada: al hacer las abluciones entras en contacto con muchos significados que deberás ir desarrollando y matizando. Lo importante, en cualquier caso, es que salgas de tu wudú con una gran sensación de limpieza y claridad que te conduzca con naturalidad hacia el Salat. Sé constante en el wudú hasta que llegue a formar parte de tu cotidianidad. El wudú te iluminará, insháAllah, pues, recuerda, viene de la palabra "dau", luz.

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