El mar, y sus arrebatos, con su furia y su placidez, desde la más infranqueable oscuridad, a la luz más luminosa, espejo donde reconocerse, donde mirarse, sostén y fronteras, puente y abismo, ...
Amar con la energía marina, evocar ecos en la caracola de los oídos, encontar rutas marítimas en los cuerpos y en el propio cuerpo, seguir la ruta a pesar del ondulante horizonte, y flotar, jugar, ...
A mares, llorarlo todo, esperar en el puerto, reír, y compartir, viajar, la vida sigue,la espuma nos eleva con firmeza hacia los sueños, hay tanto por imaginar aún... a ritmo de mareas
FOTÓGRAFO: Rodrigo
TEXTO: Esmeralda Vizcaíno
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